Unas 200 ratas que durante dos años se alimentaron con distintos
tipos de maíz genéticamente modificado MK603 de Monsanto vivieron seis
veces menos que las que lo hicieron con maíz convencional. Lo revela una
investigación científica de alto nivel divulgada por estos días en
Francia, que podría dar un vuelco definitivo sobre la percepción de los
OGM.
Hasta ahora buena parte de los estudios toxicológicos comparados
llevados a cabo sobre los efectos de los organismos genéticamente
modificados en animales no habían dado lugar a conclusiones acabadas.
Algunos arrojaban dudas sobre la nocividad de los OGM, pero otros
–y al parecer eran los más– no establecían mayores diferencias
biológicas entre animales alimentados con transgénicos y animales que
no.
Pero había un detalle: la mayoría de esos estudios habían sido
llevados a cabo a pedido de o financiados por las propias empresas
productoras de agrotóxicos, la duración de la experiencia había sido
relativamente corta (algunos meses) y habían tomado en cuenta tan sólo
algunos parámetros biológicos.
Leer mas >>
No hay comentarios:
Publicar un comentario